A Colômbia se levanta contra a tentativa de golpear o governo Gustavo Petro. As ruas de Bogotá e de mais de duzentos municípios do país foram tomadas na manhã desta quarta-feira, 7 de junho, por multidões afirmando seu apoio às reformas trabalhista, previdenciária e na área de saúde.

Na capital, a gigantesca mobilização culminou com um discurso de Petro em que ele apresenta o projeto que está sendo travado pelo Congresso, responde às acusações feitas em processos judiciais de intenções golpistas e chama o povo a participar do governo e a defender a democracia colombiana.

“Este governo estará a serviço do povo até a morte”, disse ele na sua fala, que encerrou com a frase do título deste texto: “O povo não se rende! Caralho!”.

O discurso de Petro foi transmitido na íntegra e analisado em programa especial do TUTAMÉIA (clique no vídeo acima para conferir tudo; aproveite e se inscreva no TUTAMÉIA TV).

A seguir, o texto integral do pronunciamento de Petro, que falou em palanque montado na praça Bolívar, de frente para a majestosa Sétima Avenida. Com ele estavam a primeira dama, Verónica Alcocer; a vice-presidenta, Francia Márquez, e vários ministros.

Presidente Petro pide al Congreso que debata y apruebe las reformas sociales que garantizan los derechos de la sociedad colombiana

PALABRAS DEL PRESIDENTE GUSTAVO PETRO

EN LA MARCHA #ALASCALLESPORCOLOMBIA

En más de doscientos municipios del país han salido masivamente a hacer unas notificaciones, a hacer unas solicitudes.

Aquí el pueblo de Colombia, no solo su Presidente, no solo su Jefe de Estado, solicita que sus derechos establecidos en la Constitución Nacional sean garantizados.

Hay personas que aún no han leído lo que significa la decisión popular en las mesas electorales del año pasado. Creen que fue simplemente una moda, una fiebre pasajera, un delirio que ya pasó y que dejó a un Presidente abandonado en su palacio presidencial.

Pues hoy decimos, hoy lo decimos con toda claridad: no fue así. El pueblo que eligió al Presidente sigue con el Presidente y tanto el pueblo como el Presidente quieren volver realidad el programa de gobierno por el cual el pueblo votó.

Ese programa dice que Colombia debe ser una potencia mundial de la vida. Ese programa dice que para ser potencia de la vida, Colombia debe estar en paz. Que el objetivo de la paz es el mayor deseo de la sociedad colombiana.

Ese objetivo de la paz, por el cual el pueblo colombiano votó, tiene un requisito fundamental, esencial, sin él la paz no es posible.

En esta carrera Séptima repleta de pueblo adelante y atrás, lo decimos con toda la claridad que sea necesaria: La paz de Colombia significa justicia social. El primer requisito de la paz es que el pueblo tenga justicia.

No es si los guerrilleros, los miembros de las bandas, los integrantes de las organizaciones que hoy matan en Colombia puedan tener alguna garantía, que sí que lo necesitan.

Pero el primer requisito de la paz es que el pueblo tenga todas las garantías, que el pueblo tenga todos los derechos, que el pueblo tenga poder, que el pueblo tenga justicia.

Los derechos de la gente son el verdadero nombre de la paz.

Y aquí, en estos primeros meses, este Gobierno ha decidido presentar unas reformas que no son radicales como alguna prensa dice y receta, que son apenas unas reformas que tratan de garantizar derechos esenciales, simples pero fundamentales, de la gente.

¿Cómo se va a decir que aquí es perverso, que es negativo, que no sirve, que hay que atacar y hundir el que una trabajadora que lleva tintos a las oficinas de la gente más poderosa de Colombia tenga estabilidad laboral?

¿Cómo se atreven a decir que es desastroso para Colombia de que una señora de los tintos pueda tener un contrato, no por un mes, sino por unos años? ¿Que pueda tener una estabilidad para llevarles los ingresos a sus hijos?

¿En qué país vivimos, si al poderoso de la oficina le parece que es un desastre que la señora que le lleva el tinto a su oficina y a escritorio pueda ganar un poco más, si el día se acaba, si llega a las seis de la tarde, si tiene que trabajar horas nocturnas y esas horas nocturnas no deberían valer más, porque está sacrificando su contacto con su bebé, con su niño, con su niña, con su familia?

¿Por qué un poderoso, que anda con sus carros y jet, y almuerza en París, tiene que venir a decir aquí, solo porque es dueño de unos medios de comunicación, sólo porque es dueño de unos partidos políticos, que la señora de los tintos no tiene derecho a estabilidad laboral, o a la pensión o a la salud, mientras él goza en la cúspide de la riqueza de Colombia de todos los privilegios, de toda la salud, de todo el dinero que es, no solamente, de él, sino del Estado colombiano?

Aquí hay un tema que hay que decidir, que el pueblo colombiano debe reflexionar y toca tomar decisiones.

¿Queremos una Colombia en paz o Colombia eterna en la violencia y n la sangre derramada? ¿Qué queremos?

¿Queremos una Colombia en que cualquiera, no importa sus ingresos, no importa su cultura, no importa su etnia, pueda vivir en Colombia, ¿o queremos una Colombia, la eterna Colombia de las exclusiones)

Aquí hemos visto una prensa que odia a la Vicepresidenta por su color de piel.

¿El pueblo colombiano quiere una Colombia que retroceda la esclavitud y que se odie a la gente solo porque tiene la piel negra? ¿Creemos que así vamos a construir la paz?

¿Qué quiere Colombia? ¿Que al indígena se le lleve preso otra vez al cepo y a las cadenas o que el indígena pueda gobernar también a Colombia?

¿Qué quiere Colombia? ¿Que si los jóvenes salen a protestar les disparen directamente a los ojos para destruir su derecho a expresarse en libertad o queremos un país lleno de jóvenes que se puedan expresar libremente, que puedan querer el vivir en nuestra Colombia?

¿Qué queremos? ¿Una Colombia en donde no haya oportunidades, en donde el trabajador y la trabajadora tengan que comportarse como esclavos para poder llevar un mendrugo de comida a la casa, o queremos una Colombia que pueda tener al pueblo trabajador, que es la verdadera fuente de la riqueza, viviendo dignamente, viviendo como seres humanos, viviendo en la plenitud de los derechos?

¿Qué Colombia queremos? ¿La de los politiqueros que se roban el dinero público o queremos una de clase transparente donde el dinero público esté en verdad al servicio de los colombianos y de las colombianas?

Ahora que Colombia ha presentado las reformas que el Gobierno ha podido presentar, las reformas que el pueblo le demandó, le gritamos desde aquí, con la Plaza de Bolívar casi llena, con la carrera Séptima casi llena, con la población en la calles en doscientos municipios de Colombia, en treinta departamentos, le solicitamos, con todo el respeto, le solicitamos de nuestra propia humildad, le solicitamos desde nuestras ganas de justicia y de paz, que aprueben las reformas que le garantizan al pueblo colombiano sus derechos.

Esta no es una solicitud violenta, esta no es una solicitud irrespetuosa, esta no es una solicitud armada. Esta es una solicitud popular que nace de las entrañas del territorio excluido, de la gente excluida de la base de la nación colombiana.

Les solicitamos aprueben las reformas que el pueblo de Colombia aprobó en las urnas, que es un mandato o popular. Que podemos discutirlas, como durante meses lo hemos hecho, que podemos aceptar cambios, pero ninguno que afecte la posibilidad de la garantía de los derechos de las gentes.

Vamos por un trabajo digno, vamos por una salud en las casas de la gente, gratuita y para toda la población en todo el territorio nacional. Vamos porque cualquier viejo o cualquiera vieja de nuestra patria tengo un bono pensional decente con el cual poder existir.

Y anunciamos, vamos –y serán los proyectos del próximo semestre– por la reforma a los servicios públicos para que el eje del servicio público no sea el empresario que se gana el billete a manos llenas, sino sea el usuario y la usuaria del servicio público en Colombia.

Vamos por la reforma de la Ley 30 de Educación Superior para que la juventud colombiana pueda acceder a un derecho que es educarse, porque educarse es también en el ser humano poder vivir con dignidad.

Son las reformas que nos gritaron en las plazas públicas antes de ganar la Presidencia de la República.

Aquí cumplimos. Le presentaremos al Congreso esos cambios que el país necesita y esperamos que las diferentes fuerzas del Congreso de la República sepan escuchar este pueblo, sepan escuchar esta solicitud respetuosa y sepan entender que el respeto no es debilidad.

Que el pueblo colombiano no ha abandonado al Gobierno, que el pueblo colombiano sigue mayoritariamente al lado del Gobierno, que el pueblo colombiano sigue de pie en la lucha por la justicia y la paz en Colombia.

Nos sacaron unas encuestas mentirosas. Sepan que el Gobierno sabe que las encuestas son mentirosas. Las encuestas de verdad nos dicen que aún somos la mayoría popular de Colombia.

Sacaron esas mentiras porque hay una estrategia, una estrategia que debemos entender y confrontar. Quieren destruir el apoyo popular del Gobierno para tener un gobierno solo.

Quieren aislar al Gobierno de Petro de su pueblo, quieren construir desconfianzas en la base popular, primero con un objetivo: hundir las reformas de la justicia social en el Congreso de Colombia y arrodillar al Congreso de Colombia a los dueños del gran capital, de los que han hecho negocios con los dineros de la gente y que han engordado a partir, simplemente, de llevarse la mayor tajada del presupuesto que es de todos los colombianos y de todas las colombianas.

Dos. Una vez tumben las reformas, piensan, si el Gobierno está aislado, destruirlo en la Comisión de Acusación (de la Cámara de Representantes) para hacer exactamente lo mismo que se hizo en el Perú, es decir, llevar al Presidente a la cárcel y cambiar el Gobierno por un nuevo Presidente no elegido por el pueblo, que sería el que vayan a elegir el semestre entrante como Presidente del Congreso de la República.

Se llama eso un golpe blando. Es un golpe de Estado, es un golpe contra la voluntad popular.

Pedro Castillo (expresidente de Perú) estaba solo.

Aquí les decimos a quienes están impulsando esa estrategia: Petro no está solo.

Si se atreven a violar el mandato popular, el pueblo de Colombia saldrá de cada rincón, debajo de cada piedra, en cada calle, en cada vereda, en cada municipio de Colombia, a defender con sus manos limpias, alegres y sin violencia el triunfo y el mandato popular.

Aquí no va a pasar lo de Pedro Castillo. Esta manifestación lo notifica: si se atreven a destruir la democracia el pueblo construirá la democracia en Colombia.

Si se atreven –y no importa qué me pase–, si se atreven a destruir el gobierno popular, el pueblo de Colombia volverá a poner el gobierno popular en el sitio del poder.

Esta manifestación notifica que no va a pasar lo del 9 de abril, que no va a pasar lo del 19 de abril, que el pueblo colombiano decidió el cambio y que el cambio se hará en Colombia.

Que no se atrevan –y lo digo de todo corazón– que no se atrevan a romper con la democracia en Colombia, porque se encontrarán con un gigante: el pueblo de Colombia en las calles de este país.

Nos han acusado. Han dicho, casi que sin ética, que nosotros chuzamos teléfonos.

Acaban de allanar otras oficinas de la Presidencia.

(Revista) Semana ordena y el CTI (Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía) obedece.

Abrimos las puertas, no tenemos nada que ocultar.

Allá entraron, allá vieron hasta las arañas y las telarañas de unas oficinas que ni siquiera pusimos nosotros, sino el gobierno de (Juan Manuel) Santos y de (Iván) Duque. Vieron los aparatos, solo hay computadores para definir las avanzadas del Presidente cuando va a alguna región.

No encontraron una sola máquina de interceptación, porque este Gobierno no intercepta a nadie. No mientan.

La máquina de interceptaciones que estaba en la Presidencia de la República, con la cual se interceptaron durante meses toda la campaña del Pacto Histórico, esa la sacaron antes de que yo entrara, se la entregaron al Gaula de la Policía, y aún el señor Fiscal (General de la Nación, Francisco Barbosa) no va a recogerla para encontrar las pruebas de una interceptación ilegal y masiva contra un partido político, al cual desde la Presidencia de Colombia en ese momento, se le quería detener para que no ganara las elecciones.

Los chuzadores son ellos no nosotros, no vengan aquí a insultarnos.

Ocultaron que era un delito y un crimen y que no se ha investigado ni un metro cuadrado el que hubieran interceptado y chuzado al Pacto Histórico durante un año entero.

Horas y horas de grabación y entregaron las interceptaciones a la revista y nadie y nadie de la revista dijo, oiga, eso es un delito. Querían era vender, querían detener el triunfo popular.

Y durante meses y meses de interceptación no lograron encontrar ni 10 segundos en donde el candidato Petro hablase de alguna irregularidad, pronunciase una simple grosería o estableciese que su campaña se estaba haciendo de manera deshonesta.

Ni un segundo, porque tienen un presidente honesto y les da rabia. Porque tienen un presidente que no se deja chantajear y les da rabia. Porque tienen un presidente que no se orina en los pantalones si el más rico de Colombia lo invita a almorzar.

Y les da rabia porque la Presidencia de Colombia no se pone al servicio de los grandes negocios ni peculados de los potentados de Colombia, sino que se pone al servicio de la señora que sirve los tintos de las oficinas de Bogotá y del país.

Y como no les sirvieron los allanamientos, como no han podido encontrar una sola prueba de sus infundios, como se estrellan ante nuestra pulcritud al decirnos que chuzamos o allanamos o golpeamos personas humildes, cuando los que golpearon personas humildes fueron ellos, y en sus revistas lo ocultaron, y ocultaron que estaban masacrando al pueblo de Colombia, y no solamente en las últimas manifestaciones, donde les dañaron los ojos a decenas de estudiantes y mataron decenas de jóvenes populares de Colombia, sino que desde hace décadas vienen produciendo un genocidio sobre el pueblo, matando a centenares de miles de colombianos y colombianas humildes, usando el poder del presupuesto nacional, usando las armas de la nación, usando el poder para producir un genocidio, como bien lo confesara el señor y cómplice y protagonista de esas actividades, Salvatore Mancuso.

Como nunca fueron capaces de denunciar ese que sí fue un genocidio, eso que sí fue un crimen contra la humanidad, entonces vienen a sindicar al gobierno popular de Colombia de lo que ellos mismos hicieron.

Nosotros no chuzamos, no golpeamos personas humildes, las queremos. No destruimos los ojos de la juventud, no torturamos en las mazmorras, no chuzamos magistrados, no chuzamos periodistas, no chuzamos gente de la oposición, no violamos los derechos de la humanidad en el territorio colombiano.

No encontraron ninguna prueba. No encontraron un solo indicio. Pueden allanar el Palacio, pueden allanar si quieren el Ejército, la Policía actual, y no encontrarán una sola evidencia –de eso estoy absolutamente seguro– de que seamos un gobierno violador de los derechos.

Por eso invitamos a la JEP, por eso invitamos al señor Fiscal de la Corte Penal Internacional, por eso invitamos a todas las cortes, por eso vamos a presentar –y no lo quieren– una terna a la Fiscalía que garantice una Fiscalía contra la corrupción, que garantice una Fiscalía contra el genocidio; que cese la impunidad en Colombia, porque sólo la justicia, sea social, sea penal, es la base de la paz de Colombia, no quieren que presentemos esa terna.

Allá les dicen a algunos magistrados hagan marrullas para que no elijan el Fiscal que pueda poner este gobierno. Tratan de tumbar el Gobierno para que no alcancemos a presentar la terna, ponen supuestos expertos a decir que el Presidente no debe presentar la terna.

​Pues entiendan este mensaje. Ya veremos las respuestas, pero este gobierno va a presentar una terna que luche contra la impunidad a fondo, que pueda decirle al pueblo de Colombia la injusticia cesó en Colombia, como cesa la horrible noche.

Que todas las cortes, a las cuales respetamos y queremos, se pongan en este camino de que llegó el momento en que ningún criminal sea encubierto, en que llegó el momento en que ningún delincuente contra el pueblo y la moral sea encubierto, en que llegó el momento de que de verdad la justicia sea la reina de Colombia, la justicia brille en el corazón, no solo de sino de todo el pueblo colombiano, porque cuando la justicia brille en el corazón, Colombia estará en paz y habrá cesado el derrame de la sangre. Podremos decir con certeza que somos entonces el país de la belleza, que somos entonces la Potencia Mundial de la Vida.

Y como no encontraron pruebas, entonces la potencia mundial de la vida.

Y como no encontraron pruebas, entonces manipulan, incluso sin pensar en la sanidad, en la salud, en la estabilidad, a un ser humano que tiene problemas, personales, de salud. Lo cogen como si fuera una mercancía a ver si dice que la campaña de Petro haya recibido siquiera un dólar del narcotráfico.

Y están allí, sobándose las manos a ver en qué momento aparece la noticia con la cual podrían destruir el gobierno popular.

Pues igual aquí les digo, igual que puedo decir con certeza que este gobierno no interviene teléfonos ni comunicaciones a nadie, que este Gobierno no allana la habitación de nadie sin orden judicial, que es de la Justicia, con igual certeza les puedo decir que en mi campaña no entró un solo peso sucio de los que sí han sido amigos de gobiernos anteriores.

Aquí no entró ‘el Ñeñe’, olvídense. ‘El Ñeñe’ entró a otro lado, no aquí.

Claro, ahí sí taparon las noticias. Ahí sí ocultaron que la mafia estaba en el acto de posesión del presidente anterior. Ahí sí ocultaron las razones por las cuales está ligado el poder político al narcotráfico en Colombia.

Ahí sí se olvidan de parentescos y desgracias familiares. Ahí si ocultan y tapen y tapen y tapen lo que es la gran desgracia de Colombia, el que sus dirigentes están untados de sangre y cocaína.

Nosotros no. Nosotros lo que queremos es transparencia.

Desde el principio de la campaña electoral dijimos, si queremos poner el Gobierno al servicio del pueblo, entonces el Gobierno no se pone al servicio de ningún cartel de contratistas de ninguna clase política corrupta y de ninguna mafia que exista en Colombia.

Somos libres, somos independientes. Si queremos la libertad de la gente nosotros mismos tenemos que ser libres.

Si queremos la justicia y la paz, nosotros mismos tenemos que actuar con libertad.

Pueden escudriñar lo que quieran, pueden llevar a seres humanos al borde del suicidio, como está aconteciendo, y no podrán jamás poner este gobierno popular al lado de los que no queremos. Póngannos sí al lado de los que queremos, póngannos al lado del obrero, al lado de ese joven que en los barrios está cantando rap en este momento.

Pónganme al lado de la campesina a la que queremos entregarle la tierra, al lado del que quiere estudiar y no puede. Pónganme al lado de la que quiere estudiar y no puede. Pónganme al lado quisiera hacer cine o estudiar medicina y su familia no tiene con qué.

Ahí al lado de esas personas es que este Gobierno y yo personalmente quiero estar.

Por eso quise venir en esta calle, la peatonal de la Séptima y hablarles a ustedes en la calle. Nuestro gobierno tiene que estar en la calle, nuestro gobierno no puede estar en los palacios nuestro gobierno no es de los palacios, no es de la burocracia.

Nuestro gobierno es de la gente sencilla, debe estar siempre rodeado de la gente sencilla. La gente sencilla debe gobernar en Colombia y el Gobierno debe servirle a la gente sencilla de Colombia. Esa es la esencia de lo que queremos, es el camino que queremos recorrer.

No me inviten a grandes bacanales, no voy. No me inviten a los cócteles sociales de los banqueros, yo no voy.

Invítenme a tomarme una cerveza allá en una esquina, sentados en una acera. Invítenme a un baile popular, invítenme al Pacífico, invítenme a bailar porros en las veredas de mi pueblo campesino de Córdoba. Pero no me inviten, no me inviten a las bacanales del poder, porque yo no soy de eso.

Allá al fondo se pierde la Séptima y aún hay banderas.

Hacía falta el pueblo en las calles. Hacía muchísima falta el pueblo en las calles. Creían que el pueblo estaba dormido, que con ganar el día ese las elecciones ya se nos había pasado la fiebre, pensaban. Pues no.

Ahora es que van a sentir al pueblo con más decisión, con muchísima más decisión, porque decisiones es lo que tenemos que tomar.

De ahora en adelante, señor Presidente del Congreso de la República, Alexander López; señora Vicepresidenta, ministros y ministras; de ahora en adelante debe haber asambleas populares en todos los municipios de Colombia.

Discutiendo, gobernando.

Todo ministro o ministra debe obedecer el mandato popular. Ministro o ministra que no haga caso, se va.

Es el cumplimiento del programa de gobierno. Ustedes lo vigilarán.

Cada asamblea popular, reunida periódicamente en todos los municipios, debe tomar decisiones sobre su región, sobre su territorio sobre la paz, sobre la capacidad para movilizarse de una manera que ya no serán cien mil, doscientos mil como ahora.

Esta apenas es la antesala, el preludio. Nos vamos a movilizar millones en Colombia.

No solo los 11 millones y medio que votaron por el poder popular, sino millones de los que no votaron por nosotros y que hoy saben certeramente que donde estaban sus aspiraciones, que donde estaba la posibilidad de garantizar sus derechos, era aquí y no allá.

Los esperamos, abrimos los brazos. Se necesitas es de la unidad del pueblo, es la unidad del pueblo lo que hoy nos convoca.

No más divisiones populares. Unirnos. Unirnos para gobernar, la fase que sigue es el gobierno popular, y vamos a demostrar cómo se hace y cómo se ejerce.

Las asambleas populares en cada municipio son para gobernar.

Quiero que ustedes, hombres y mujeres, trabajadores, estudiantes, mujeres del pueblo, se sientan gobierno. No soy yo el gobierno, son ustedes. Yo soy apenas un mandatario de ustedes, un sirviente de ustedes.

Llego hasta donde ustedes quieran.

Si queremos más allá, vamos más allá. Si queremos aún ir más allá, pues vamos más allá.

Este gobierno está es al servicio de ustedes. Tomemos decisiones. Dejamos de ser oposición, pasamos a ser gobierno.

Y los gobiernos deciden sobre la tierra, deciden sobre el agua, deciden sobre los dineros públicos, deciden sobre el presente y el futuro de Colombia.

¿Qué Colombia queremos? ¿La de los sanguinarios que nos han gobernado? ¿Queremos la Colombia de las fosas comunes?

Participación del Presidente Gustavo Petro en #ALasCallesPorColombia

Mañana voy a Cuba. Y voy a algo que puede ser importante para la historia de Colombia. Voy a firmar un papel que puede significar el comienzo sin retroceso de una era de paz para este país.

Más difícil que hacer la guerra es hacer la paz.

Quiero esta movilización popular alrededor de la paz. A recibir a quienes dejan de hacer la violencia.

Quiero que construyamos el camino que se merece Colombia, con ustedes, con el pueblo movilizado.

No habrá cobardía en nuestros corazones, ahora más que nunca, a veces temía ¿será que me he quedado solo?

¿Será que se me fue la mano?

A veces me daba miedo, temor.

Y este acto, este día, me reafirma en el camino que tenemos que tomar, el camino difícil de volver realidad una verdadera democracia en Colombia.

Llegó el momento de gobernar.

Y, por tanto, son millones torrentes populares, multitudes, las que necesitamos hoy en Colombia.

Que el pueblo hable, que el pueblo se exprese.

No va a haber armas contra ustedes. No va a haber temores y terrores contra ustedes.

El pueblo hoy entra a hablar libremente en Colombia, porque Colombia hoy es de la libertad.

Hablen, exprésese, gobiernen, tomen decisiones.

El gobierno, por primera vez en la historia de Colombia, después que hubo un 9 de abril, después que hubo un 19 de abril, hoy tiene la oportunidad de la historia.

La de cambiar la de Colombia.

Vamos a cambiarla. El cambio es la decisión.

El cambio es la decisión.

Amigos y amigas:

La próxima vez tendremos una tribuna más bonita, el Gobierno no esperaba tanta gente. Aquí se demuestra, esas sí son pruebas.

El Gobierno tenía desconfianzas. Ni equipo de sonido puso y se me acabó la voz.

Esta va a ser, escogeremos el lugar donde pueda caber nuestro pueblo. La Plaza de Bolívar está llena y la carrera Séptima, hasta donde alcanza mi vista, está llena.

Y creo que hay más gente a los lados.

 

Ustedes ahora que nos retiremos seguirán a la plaza, pero quiero, después de estas palabras, que hagamos un compromiso: Este gobierno hasta la muerte estará al servicio de ustedes.

Pero ustedes, por favor, no tengan pereza de salir a la calle. Llegó el momento de luchar con la fuerza y con la dignidad, con la alegría y la cultura.

Nosotros no vamos a luchar con armas. Hoy las armas están al servicio del pueblo, hoy no están contra el pueblo.

Pero ustedes no nos dejen solos. Acompañen, luchen. Llegó el momento de juntarnos.

Que si tenemos una pelea con el vecino o la vecina, calmémosla. Pero juntémonos, porque la marcha popular tiene un destino, tiene un objetivo concreto: aquí los corruptos se van, aquí los violentos se van.

Colombia será de la paz, Colombia será de la justicia, Colombia será del pueblo trabajador, Colombia será una Potencia Mundial de la Vida.

Compromiso del Gobierno y del pueblo. Aquí no hay intermediarios.

Quienes quieran ganar plata con nosotros, que lo sepan, no se puede, no se equivoquen.

Y quienes quieran que nosotros masacremos al pueblo, dejen de decírnoslo. No lo vamos a hacer.

Aquí vamos a estrechar de manera indisoluble una alianza, de alianza del Gobierno con el pueblo, la base de la construcción de una verdadera nación.

Aquí ustedes y nosotros nos comprometemos a que volveremos realidad el sueño de una Colombia en paz, el sueño de una Colombia que le pertenezca de verdad al pueblo trabajador. El país de la belleza, el país de los afectos, el país donde no se verá más la sangre derramada, el país de la justicia, el país de la mujer, el país de los jóvenes y las jóvenes, el país de la poesía y de las palabras, pero el país de la justicia social, el país donde nadie se muera de hambre ni de sed. El país que podamos abrir con nuestro esfuerzo al futuro, a la grandeza, a la posibilidad de ser colombianos y colombianas.

Colombianos y colombianas todos:

Este es nuestro país y no nos lo vamos a dejar quitar de ningún politiquero mafioso ni de ningún potentado que cree que nos puede conducir a ser esclavos. El pueblo de Colombia no será más esclavo de nadie, El pueblo de Colombia no se dejará poner cadenas ni cepos. El pueblo de Colombia no se dejará amedrentar por el terror ni por la sangre.

El pueblo de Colombia despertó y no se va a volver a dormir.

El pueblo de Colombia despertó a favor de la libertad y a favor de la democracia

No nos vamos a dejar poner más noches horribles.

Cesó la horrible noche de manera definitiva en la patria de Colombia.

Y lo vamos a demostrar, que Colombia sea la Potencia Mundial de la Vida.

Que el cambio sea ni un paso atrás.

EL PUEBLO NO SE RINDE. ¡CARAJO!